Presentación
de agustina perez – Manuel Ignacio Moyano Palacio
muerto bien muerto
estaba y estaba escrito ¿no es cierto? desde la
primera línea de esta
novela ¿no es cierto? estaba escrito, desde la
primera línea de esta
novela, que estaba escrito que no nos
salvábamos
nada.
Copié
las líneas citadas arriba del .pdf que agustina me mandó para LNR, anunciando —porque
todo esto es una anunciación— que no me enviaría un texto, sino imágenes para que los chicos
de Präuse colgaran en
el blog.
Claro:
las imágenes pertenecían a capturas de pantalla del .doc donde la autora había
escrito y desescrito las escenas de salitre,
una novela que es la antesala de cenixienta (inédita)
y una continuidad de Caperuxita que la
agustiniana publicó algunos años atrás (2021 o 2022, creo). Como puede verse,
las líneas se copian y pegan en un encabalgamiento que el pasaje de un .pdf a
un .doc gestan: hay cortes y saltos involuntarios al ir de un formato a otro,
hay versos en la revuelta de los soportes de escritura.
Para
ser fieles al original que me llegó (ja), habría que leer de continuo: muerto bien muerto estaba y estaba escrito ¿no es cierto?
desde la primera línea de esta novela ¿no es cierto? estaba escrito, desde la
primera línea de esta novela, que estaba escrito que no nos salvábamos nada.
De esta ida y vuelta entre formatos parece estar
hecha enteramente la literatura que presento acá y ahora. Y de un axioma
contundente: la música es un hecho visual.
Para los que leen por primera vez a la autora, podría pasar que digan: ¡suena y cómo! Yo quisiera puntualizar que suena
como un ojo mirando el desastre antes que el sol colonice el día.
Preview
de cenixienta en dos escenas de salitre,
que la audiencia lectora de LNR tiene entre sus pupilas, entiende que escribir
y maquetar son actos que van de la mano hasta ahorcarse de amor como los
protagonistas de la historia: el muñequito del malecón y cenixienta. Escribir
maquetas.
Leemos a agustina con esa fe que mueve
las montañas: la fe de las palabras. Borges sentenció: El concepto de texto definitivo
no corresponde sino a la religión o al cansancio, y
acomodó sus creencias a la permanente reversión del texto. Pero Borges cansa y
es el concepto de
texto original el que guía a los cansinos viudos de Sur.
Cito: aquí una historia termina,
o comienza. mientras el mientras. Esta línea agustiniana nos
lleva a la siguiente hipótesis (o tesis con hipo): lo que mueve a estas
palabras es la fe en que no hay historia que termine o comience, o todas
comienzan cuando terminan, en que no hay sino un mientras el mientras… ¿mentiras?
De ahí la prosa enredadera con gracia y magia de la escritor a. Pienso que
entre estas palabras, la puntuación es también un rebrote permanente, brote de
escritura alucinada, un brote que dibuja al texto. ¡Un punto, una coma, dos
puntos! ¡ . , : ! De vuelta: música para los ojos.
Si
estas líneas resultan difíciles de leer, o como dicen los esbirros de la
Cultura, resultan ilegibles, es porque hay
que escuchar con el ojo y mirar con el tímpano. Dibujos y colores de música ahí
donde habría de aparecer la tía Literatura —de caderas anchas y quejidos
obscuros…
Por
otra parte, agustina perez nació en la Mesopotamia que estudiamos en el primer
año de la escuela secundaria.
Por
una segunda otra parte, en el delirio se esconde un lirio —acuclillado, hace
pis como las ninfas.
***
