Una caminata del Museo Oculto[1] es escritura. La primera tuvo como punto de partida el
Parque Lezama y la obra de Cándido López en el Museo Histórico Nacional. En la
segunda posta leímos en voz alta la primera versión de La Otra Vida de
Ariel Luppino en la playa de Los Escombros de la Reserva Ecológica. Volvíamos
una y otra vez sobre el bloque titulado: “
REVELACIÓN”:
“Una noche mi abuela apareció en la puerta de mi cuarto. Llevaba su propia
cabeza en las manos y quería contarme un secreto: la muerte no es tal como la
imaginamos”.
La tercera posta fue en El Puente mientras escribíamos sentados a la vera del
canal. La Otra Vida es una maquinaria tecnológica de escritura. Luppino siempre
me insistió con hacer una caminata del Museo Oculto en La Plata. Se dio un
primero de abril, después del rodaje de La Escritura, El Fósil
[2] de Agustina Perez en el Museo de Ciencias Naturales. Propuse
hacer el mismo circuito que hicimos con Sergio Chejfec una tarde de vacaciones
de invierno. Partir del Águila de Plaza Italia y atravesar el diagonal 74 hasta
la Catedral de Plaza Moreno.  Por eso
pensé mucho en Chejfec esa tarde y en una frase suya que había leído en una
entrevista: “Caminar es también la sintonía de una sintaxis mental determinada”,
Es algo que se lee en la obra de Chejfec y por esos días estaba leyendo Últimas
noticias de la escritura
y Cinco, y estaba muy fascinado con sus
reflexiones sobre la escritura por fuera del acto de escribir. Ese amor, por
momentos obsesivo, con la libreta Verde China (“de la época en que los objetos
chinos todavía no colonizaban el mundo”), era el amor por la escritura. Una
experiencia que interpelaba la relación de mi escritura con los cuadernos
artesanales, donde escribo un poco cada día, como si la muerte fuera un gran
malentendido. Escribimos con otros, por eso fue un aprendizaje encontrar una
escritura viva, que el paso del tiempo no había apagado, mientras leía a
Chejfec pero también mientras caminábamos. Chejfec me decía que seguía
buscando, ensayando, experimentando, escribiendo. Cuando llegamos a la posta de
La Catedral me habló sobre Mis Nuevas Escrituras de Mario Bellatin y me
dijo que él también avanzaba hacia el núcleo de su escritura. De toda esa
conversación maravillosa me acordaba a medida que caminábamos, frenábamos en
una posta a leer un texto y seguíamos desplegando la Caminata del Museo Oculto
en una noche de viernes. Al día siguiente Sergio Chejfec falleció en New York.
Nos vimos una sola vez en la vida pero me regaló una parte sagrada de su
escritura: una caminata. Propuse leerlo en mis talleres, como les propongo a
todos leer sus libros, porque la muerte para un escritor es dejar de leerlo.
Ahora nuestra conversación sigue a través de la escritura porque como señala La
Otra Vida
: “La muerte no es tal como la imaginamos”.

 


 



[1] Museo Oculto (MOC) es el proyecto que dirigen Ariel
Luppino y Agustina Perez, twitter:@mocartchivo

[2] Pueden ver un adelanto del proyecto en youtube: https://www.youtube.com/watch?v=vWlcnZe3My0